El uso de CFDI para gastos médicos es una de las herramientas fiscales más inteligentes a tu alcance. Básicamente, te permite convertir esos pagos que haces por cuidar tu salud en una deducción personal para tu declaración anual. ¿El resultado? Al solicitar tu factura (CFDI) correctamente, puedes reducir la base sobre la cual pagas impuestos, lo que muchas veces se traduce en un saldo a favor.
El poder fiscal de tus gastos de salud

Cada vez que vas al dentista, te compras unos lentes con graduación nueva o pagas una consulta médica, tienes en tus manos una oportunidad de ahorro fiscal que mucha gente simplemente deja pasar. El Servicio de Administración Tributaria (SAT) permite que ciertos gastos de salud se resten de tus ingresos anuales, lo que conocemos como una deducción personal.
¿Por qué existe este beneficio? La lógica es sencilla: el estado busca incentivar que cuides tu salud, aliviando un poco la carga financiera que esto representa.
Piénsalo como un pequeño premio por ser responsable con tu bienestar. El Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) es la llave maestra, el documento que valida ese gasto ante la autoridad fiscal. Sin él, para el SAT, ese pago nunca existió para fines de impuestos.
Cómo funciona en la práctica
Vamos a un caso real. Imagina que durante el año fuiste al nutriólogo y también tuviste que renovar tus lentes ópticos. Si pediste tu CFDI por ambos servicios y te aseguraste de que cumplan con todos los requisitos, esos montos se van sumando a tus deducciones personales.
Ejemplo práctico:
- Consulta con el nutriólogo: $800 pesos.
- Lentes ópticos nuevos: $2,500 pesos.
- Total de gastos médicos facturados: $3,300 pesos.
Cuando llega abril y presentas tu declaración anual, el sistema del SAT automáticamente resta esos $3,300 de tus ingresos. Esto hace que tu base para calcular el impuesto sea menor y, por lo tanto, pagues menos ISR. No es raro que esto incluso genere un saldo a tu favor, lo que significa una devolución directa a tu cuenta bancaria.
La regla de oro que no puedes olvidar
Ojo, no todos los gastos que huelan a salud califican. Por ejemplo, comprar medicamentos sueltos en la farmacia no es deducible por sí solo (a menos que vengan incluidos en la factura total de una hospitalización). Pero la condición más importante, la que siempre debes recordar, es el método de pago.
La regla de oro es indiscutible: todos los gastos médicos deben pagarse con medios electrónicos. Esto significa tarjeta de crédito, débito, transferencia electrónica o un cheque nominativo. Si pagas en efectivo, adiós deducción, aunque tengas el CFDI perfecto.
El uso del CFDI para deducir gastos médicos es una estrategia clave para que miles de contribuyentes recuperen una parte de lo que invierten en su salud cada año. El SAT acepta honorarios médicos, dentales, psicológicos, gastos de hospitalización, análisis clínicos, prótesis y lentes ópticos, siempre que las facturas estén bien emitidas. Por poner un ejemplo, un contribuyente compartió que logró recuperar $3,500 pesos solo con estas deducciones, una prueba del beneficio tangible que puedes obtener.
Dominar este proceso no es complicado y convierte un gasto necesario en un ahorro real. Si quieres ir un paso más allá para cuidar tus finanzas, te recomiendo echarle un ojo a estos 4 consejos para ahorrar en gastos médicos que se complementan de maravilla con esta estrategia fiscal.
El proceso correcto para solicitar y recibir tu CFDI
Conseguir un CFDI válido por tus gastos médicos es, sin duda, el paso más importante para amarrar tu deducción. Créeme, la mayoría de los errores ocurren justo aquí. Un simple descuido, una letra mal puesta en el RFC, y esa factura podría no ser válida para el SAT. La clave está en ser proactivo y saber exactamente qué pedir al momento de pagar.
Para que no te agarren en curva, lo mejor es tener tus datos fiscales listos en el celular. Con una simple nota o una foto de tu Constancia de Situación Fiscal es más que suficiente. Así, cuando estés en la recepción del consultorio o del hospital, puedes dar la información correcta sin titubear.
Datos que debes tener siempre a la mano
Antes de sacar la cartera, asegúrate de tener bien claros estos datos. Son indispensables para que el comprobante salga a tu nombre y sirva para tu declaración.
- Tu RFC completo: Revisa cada letra y cada número. Un error aquí es la causa #1 de rechazos.
- Nombre completo o Razón Social: Debe estar exactamente como aparece en tu registro del SAT.
- Código Postal de tu domicilio fiscal: Este es un requisito clave en la versión del CFDI 4.0.
- Régimen Fiscal: Por ejemplo, “Sueldos y Salarios e Ingresos Asimilados a Salarios” o el que te corresponda.
- Correo electrónico: Para que te lleguen los archivos XML y PDF de tu factura.
Cuando pagues, indica claramente que necesitas una factura. Y aquí viene lo importante: debes especificar el uso de CFDI correcto.
Para la gran mayoría de los servicios de salud, la clave que debes solicitar es “D01 – Honorarios médicos, dentales y gastos hospitalarios”. Si por alguna razón se trata de gastos relacionados con una incapacidad o discapacidad, la clave sería “D02”. Si te ponen “Gastos en general”, olvídate de esa deducción.
Qué hacer en el momento del pago
Lo ideal es salir del lugar con tu factura ya en el correo. Pero seamos honestos, a veces las cosas no son tan sencillas. Es muy común escuchar el típico “el sistema está lento” o “en un ratito se la mandamos”.
Aquí te va un consejo práctico. Si te dicen que te la enviarán después, insiste amablemente. Puedes decir algo como: “Le agradecería mucho si podemos generarla ahora, es muy importante para mi control fiscal. Puedo esperar unos minutos”. Esta simple frase suele funcionar. Si de plano no se puede, pide un comprobante de pago o ticket y anota el nombre de quien te atendió para poder dar seguimiento.
Para que tengas una idea más clara de todo el proceso, desde que identificas un gasto deducible hasta que lo aplicas en tu declaración, preparamos este diagrama.

Como puedes ver, el flujo se simplifica en tres etapas. El éxito de tu deducción depende de que ejecutes bien cada una. La meta es clara: llegar a la declaración anual con todos tus comprobantes en orden y validados.
Cómo validar tus facturas en el portal del SAT
Recibir la factura de tus gastos médicos por correo es solo el primer paso. El segundo, y el que muchos se saltan, es asegurarte de que ese comprobante es válido y está bien registrado ante el SAT. Te lo digo por experiencia: este simple chequeo te puede ahorrar muchos dolores de cabeza cuando llegue el momento de la declaración anual.
La validación es tu red de seguridad. Con ella confirmas que la factura no solo existe, sino que está “vigente” y lista para que la uses en tus deducciones. Es un proceso que no te toma más de dos minutos y te da la certeza total sobre el uso de CFDI de gastos médicos que vas acumulando.
La herramienta oficial para verificar tus CFDI
El SAT tiene una herramienta gratuita y súper sencilla para esta tarea. No hay que ser un experto fiscal ni nada por el estilo; solo necesitas tener a la mano los datos de tu factura para checar su estatus. Es un hábito que realmente vale la pena adoptar cada vez que te llega un comprobante importante.
Aquí te muestro cómo se ve la página oficial del SAT donde puedes verificar tus facturas.

Como ves en la imagen, solo te pide el Folio Fiscal y los RFC, tanto del que emite la factura como del que la recibe. Es la forma más directa y segura de saber si tu factura está en orden.
El resultado de la validación te dirá si el comprobante está “Vigente” o “Cancelado”.
- Vigente: ¡Perfecto! Esto significa que tu factura es válida y está lista para cuando hagas tu declaración.
- Cancelado: ¡Ojo aquí! Esta factura no te va a servir para deducir. Tienes que contactar a quien te la emitió para ver qué pasó y pedir que te la reexpidan.
Ejemplo: Recibes el CFDI de una consulta dental. Entras al verificador del SAT, pones el Folio Fiscal y los RFC. El sistema te muestra “Estado: Vigente”. ¡Listo! Guardas la factura con la tranquilidad de que es válida. Si dijera “Cancelado”, tendrías que llamar al consultorio de inmediato.
Créeme, pasa más seguido de lo que uno piensa que una factura se cancele sin que te avisen. Por eso validar tus CFDI al momento te permite cachar estos problemas a tiempo y no cuando ya es muy tarde para hacer algo al respecto.
Un método simple para organizar tus facturas
Para no andar vuelto loco buscando facturas en marzo o abril, la organización es tu mejor amiga. No necesitas un sistema súper complejo; con una simple carpeta en tu computadora o en tu correo es más que suficiente.
Un consejo personal: crea una carpeta llamada “Deducciones 202X” y, dentro de ella, subcarpetas por tipo de gasto, como “Gastos Médicos”, “Colegiaturas”, “Donativos”. Cada vez que te llegue un CFDI, guárdalo ahí en ese mismo momento.
Esta pequeña acción transforma la preparación de tu declaración anual. Pasa de ser una tarea estresante a un proceso de simple revisión.
Para que no se te escape nada, te recomiendo seguir estos pasos:
- Crea tu archivo: Apenas empiece el año, haz tu carpeta principal “Deducciones [Año en curso]” en tu computadora, en la nube o donde prefieras.
- Guarda todo al momento: Cada que recibas un CFDI por un gasto médico, descarga los archivos PDF y XML. Una buena idea es renombrarlos con un formato claro, por ejemplo:
2024-10-25_Dentista_JuanPerez.xml
. - Valida y archiva: Antes de guardar, tómate esos dos minutos para validarlo en el portal del SAT. Ya que veas que está “Vigente”, ahora sí, muévelo a su carpeta.
Con este método te aseguras de que cada peso que inviertes en tu salud realmente cuente para tus impuestos, eliminando el estrés y las sorpresas de último minuto.
Cómo incorporar tus gastos médicos en la declaración anual
Después de un año entero pidiendo y validando cada factura, por fin llega el momento de ver los resultados. Es en la declaración anual donde el uso de CFDI de gastos médicos realmente cobra sentido, convirtiéndose en un beneficio real que puede bajar lo que pagas de impuestos o, mejor aún, generarte un saldo a favor.
La buena noticia es que el SAT ya te adelanta una buena parte del trabajo. Gracias a que todo es electrónico, la plataforma para la declaración anual ya viene con la mayoría de tus deducciones personales precargadas. Esto incluye, por supuesto, los gastos médicos que facturaste correctamente. Tu chamba, más que nada, será la de un buen supervisor.
Revisando tus deducciones precargadas
Cuando entras al portal para hacer tu declaración, vas a ver una sección llamada “Deducciones Personales”. Ahí es donde el sistema te mostrará la lista de todos los CFDI que identificó como deducibles, desde honorarios médicos hasta gastos de hospitalización y análisis clínicos.
El proceso es bastante sencillo, pero no te confíes. Tienes que poner atención a los detalles:
- Verifica cada factura, una por una. Tómate tu tiempo para revisar los comprobantes que aparecen en la lista. Checa que reconozcas cada gasto y que el nombre del médico, hospital o laboratorio sea el correcto.
- Confirma los montos. Compara la cantidad que te muestra el portal del SAT con la que tienes en tu factura (el PDF o el archivo XML). No es común, pero a veces hay errores.
- Acepta lo que esté bien. Una vez que estés seguro de que el gasto es tuyo y el monto cuadra, solo tienes que aceptarlo para que se sume al total de tus deducciones.
Este paso es clave. No des por hecho que todo lo que está precargado es correcto o que está completo. Una buena revisada te asegura que aproveches al máximo tu devolución y te evita broncas con el fisco más adelante.
¿Y si una factura no aparece en el sistema?
Pasa más seguido de lo que crees. Tienes la factura en mano, ya la validaste en el portal del SAT y está perfecta, pero simplemente no sale en la lista de deducciones precargadas. Tranquilo, no es el fin del mundo. La plataforma te da la opción de agregar deducciones manualmente.
Ejemplo de cómo actuar: Al revisar tu declaración, notas que falta la factura de $1,500 pesos de unos análisis clínicos que te hiciste en junio. Simplemente buscas el botón “Agregar”, seleccionas el tipo de deducción “Gastos Médicos”, e introduces manualmente los datos que te pide el sistema (RFC del emisor, monto y Folio Fiscal). ¡Listo! Ese gasto ya se sumó a tu total.
Para esto, necesitas tener los datos de tu factura a la mano, sobre todo el folio fiscal (el famoso UUID), el RFC de quien te la expidió y el monto total. El mismo sistema te va guiando para que metas la información y puedas sumar ese gasto a tu declaración. Es el plan B perfecto para que no se te escape ni un peso deducible.
Hay que decir que el SAT se ha puesto más estricto últimamente con estas deducciones. La autoridad ahora pide que demuestres la “materialidad” del servicio, o sea, que puedas comprobar que de verdad te atendieron, más allá de tener la factura y el comprobante de pago. Esto ha hecho que vigilen más y rechacen más deducciones, por lo que tener tus papeles bien organizados es más importante que nunca. Puedes leer más sobre la mayor vigilancia del SAT sobre gastos médicos deducibles en Impuestum.
Además de las deducciones, es vital entender cómo estas se complementan con otras herramientas financieras, como los seguros. Para que conozcas más del tema, te invitamos a checar nuestra guía completa sobre los beneficios de los seguros de gastos médicos mayores, una pieza fundamental para planear tu bienestar.
Los errores más comunes con el CFDI de gastos médicos (y cómo te los puedes evitar)

A nadie le gusta que el SAT le rebote una deducción por un simple descuido. Pero, seamos honestos, en el ajetreo del día a día, es facilísimo cometer pequeños errores que terminan por invalidar el uso de CFDI de gastos médicos. El truco para proteger tu derecho a deducir es conocer de antemano estas trampas.
Estos deslices, que parecen cosa de nada, son la razón número uno por la que muchísimos contribuyentes se quedan sin su saldo a favor. Para que no te pase, vamos a desmenuzar los tropiezos más frecuentes.
Pagar una emergencia en efectivo
Clásico: tienes una urgencia dental el fin de semana y en la cartera solo traes efectivo. Pagas la consulta, pides tu factura y listo. Pues no. Aunque el CFDI esté perfecto en todos sus datos, ese gasto no será deducible.
La regla del SAT es súper estricta en esto: todos los honorarios médicos, dentales y gastos de hospital tienen que pagarse con medios electrónicos. Ya sea tarjeta de débito, crédito, una transferencia o un cheque. No hay de otra.
¿Qué hacer en esos casos? Incluso en medio de la urgencia, tómate un segundo para preguntar si aceptan tarjeta o si les puedes hacer una transferencia ahí mismo desde la app de tu banco. Es un pequeño gesto que hace toda la diferencia para tu deducción.
Aceptar un CFDI con el uso incorrecto
Este es, por mucho, el error más común. En la recepción de cualquier consultorio, es casi un acto reflejo que emitan la factura con el uso “G03 – Gastos en general”. Si te vas con esa factura, lamento decirte que no te servirá de nada para tu deducción personal de salud.
El Uso de CFDI tiene que ser muy específico para gastos de salud. Las claves que sí funcionan son “D01 – Honorarios médicos, dentales y gastos hospitalarios” o “D07 – Primas por seguros de gastos médicos”, entre algunas otras.
La solución es sencilla: siempre que pidas la factura, di en voz alta el uso que necesitas. Antes de irte, échale un ojo rápido al PDF en tu celular. Si algo está mal, pide que lo corrijan en ese momento. Es mil veces más fácil arreglarlo ahí que andar persiguiéndolos días después.
No darle una última revisada a tus datos fiscales
Una letra mal puesta en tu nombre o un número equivocado en tu RFC. Eso es todo lo que se necesita para que el SAT no pueda ligar esa factura contigo en tu declaración anual. Este descuido puede dejar fuera de la jugada un gasto bastante importante.
En el contexto actual, donde cada vez más personas recurren a servicios privados, cada peso que puedas deducir cuenta. El uso de CFDI se vuelve clave. Si quieres entender mejor el impacto del presupuesto en el gasto privado de salud, este análisis de CIEP lo explica muy bien.
Para que no te pase, aquí tienes una pequeña checklist de bolsillo:
- Tu RFC: ¿Está escrito tal cual aparece en tu constancia?
- Tu Nombre: ¿Está completo, sin apodos ni abreviaturas raras?
- Código Postal: ¿Es el que tienes registrado como tu domicilio fiscal?
- Uso de CFDI: ¿Dice “D01” o la clave de salud que corresponde?
- Método de Pago: ¿Confirma que lo pagaste con tarjeta o transferencia?
Una revisión de 30 segundos antes de salir del consultorio te puede ahorrar un mundo de problemas y asegura que cada peso que inviertes en cuidarte también trabaje a tu favor en los impuestos.
Dudas comunes sobre la deducción de gastos médicos
Incluso con toda la información a la mano, siempre surgen esas preguntas puntuales justo cuando estás por aplicar el uso de CFDI para gastos médicos. Para que no te quedes con la duda y hagas todo correctamente, aquí te respondemos las más comunes de forma directa y clara.
¿Puedo deducir los gastos de salud de mi familia?
Sí, y esta es una de las grandes ventajas que a veces se nos olvida. Puedes deducir los gastos médicos de tus padres, abuelos, cónyuge o concubina(o), hijos y hasta nietos.
La única condición importante es que ellos no hayan tenido ingresos que superen el salario mínimo anual. Para que todo cuadre, el pago debe salir de tu cuenta (ya sea con tarjeta o transferencia) y, por supuesto, el CFDI debe estar a tu nombre y con tu RFC. No importa que en la descripción se aclare que el paciente fue tu familiar, lo que cuenta es quién paga y factura.
Un ejemplo para que quede más claro: Llevas a tu mamá al cardiólogo. La consulta es de $1,200 pesos y la pagas con tu tarjeta de débito. Al momento de pedir la factura, das tus datos fiscales (tu RFC, tu nombre, etc.). Ese gasto es 100% deducible para ti en tu declaración anual.
¿Qué pasa si pagué una consulta en efectivo?
Aquí es donde muchos se llevan una sorpresa desagradable. Si pagaste en efectivo, ese gasto, lamentablemente, no será deducible en tu declaración anual. El SAT es muy estricto con esta regla y no hay excepciones.
Para que una deducción por gastos de salud sea válida, el pago tiene que ser sí o sí por medios electrónicos. Esto significa tarjeta de crédito, débito, transferencia SPEI o un cheque a nombre del prestador del servicio.
Ejemplo de lo que NO se debe hacer: Vas a una consulta médica de $700 pesos. Al terminar, pagas con un billete de $1,000 y te dan tu cambio. Pides tu factura y te la entregan con todos tus datos correctos. A pesar de tener el CFDI, como el pago fue en efectivo, el SAT no te permitirá deducir esos $700 pesos.
Aunque tengas un CFDI perfecto en todos los demás aspectos, si el método de pago dice “Efectivo”, la autoridad fiscal lo va a descartar de inmediato.
El médico usó la clave ‘Gastos en general’ en el CFDI, ¿sirve?
No, esa factura no te va a servir para tus deducciones personales de salud. El campo “Uso de CFDI” es clave y debe ser específico. Para gastos de salud, la clave correcta es D01 – Honorarios médicos, dentales y gastos hospitalarios.
Si te das cuenta de que te entregaron una factura con el uso incorrecto, tienes que actuar rápido. Lo mejor es contactar a quien la emitió y pedirle que la cancele y te la vuelva a expedir con la clave correcta.
¿Hay un límite para lo que puedo deducir en gastos médicos?
Sí, y es un punto crucial para tu planeación fiscal. El monto total de tus deducciones personales (que incluye no solo gastos médicos, sino también colegiaturas, donativos, etc.) tiene un tope. El límite es la cantidad que resulte menor entre estas dos opciones:
- Cinco Unidades de Medida y Actualización (UMA) anuales.
- El 15% del total de tus ingresos anuales.
Ejemplo del límite: Si tu ingreso anual fue de $400,000 pesos, el 15% es $60,000 pesos. El valor de 5 UMA anuales para 2024 es de aproximadamente $198,000 pesos. En este caso, tu límite para deducir será de $60,000 pesos, porque es la cantidad menor.
Tener este límite en mente es fundamental para no llevarte sorpresas. Si aún te quedan dudas, sobre todo en cómo estas deducciones se conectan con tu seguro, te invitamos a leer más en nuestro artículo sobre preguntas frecuentes sobre seguros médicos.
En ABE Seguros, sabemos que tu tranquilidad financiera es una parte esencial de tu bienestar. Te ayudamos a encontrar ese seguro de gastos médicos que no solo cuida tu salud, sino que también se alinea con tus metas fiscales. Contáctanos para una asesoría personalizada.